ROSIR: un nuevo signo ofensivo
ABELARDO OVIEDO
FOTO FIVB
Convertirse en integrante de la sexteta nacional es un sueño que, a veces, obsesiona, a las voleibolistas jóvenes, porque saben que ello es sinónimo de lujo dentro del ámbito de la disciplina.
Rosir logró ese objetivo en esta primera campaña del cuatrienio y ahora está inmersa en un compromiso de envergadura, pues los expertos consideran que la nuevva formación de la nación seguirá las huellas de las Espectaculares Morenas del Caribe.
“Pensé que la nominación era solamente una prueba. Me equivoqué, pues durante toda la campaña fui abridora. En los primeros choques del Grand Prix estuve un poco insegura. Ese síntoma desapareció gracias al apoyo de las compañeras más experimentadas y, entonces, sí demostré toda mi potencia para rematar ante equipos con buenas bloqueadoras como son los de Italia, China y Holanda.
“Aquella competencia me proporcionó muchas experiencias. Una, confirmé cuál es el resultado de entrar mal para golpear la pelota. Cuando se comete ese error técnico, se le proporciona opciones a la defensa para replicar. La otra, disgustarme cuando acontecían esas situaciones. Esa conducta implica jugar para un signo negativo”, precisó la mejor atacadora de la justa que anualmente reúne a varios de los mejores elencos del mundo.
La jovencita considero como de menos profundidad deportiva el premundial celebrado en Santiago de los Caballeros, República Dominicana. De allí sacó otra lección importante: “Las rivales tenían menos rango. Pero como enseñaban dominio de los argumentos técnicos, constituía un error menospreciarlos. Contra nosotras todas jugaban como si fuera el partido más trascendental de sus vidas”.
“En el torneo celebrado en Trinidad y Tobago, que ofreció un boleto para la Copa de Clubes Campeones, fue más duro, pues existió equilibrio entre los participantes. Cedimos ante Estados Unidos y nos dolió mucho. Las norteamericanas son incondicionales en pos de la victoria. Son muy eficaces en el bloqueo porque, especialmente, toman muy bien el tiempo para ejecutarlo. En la defensiva también son fuertes”, aseveró la Jugadora Más Valiosa en Quisqueya.
MAMÁ ERENIA Y PAPA LUIS FELIPE
Al igual que Yaima Ortiz Charro, Rosir es hija de una pareja que fueron integrantes de equipos nacionales. Su mamá es Erenia Díaz, una de las Espectaculares Morenas del Caribe, y Luis Felipe Calderón, miembro del equipo medallista de bronce en Montreal 1976, y actual entrenador de la principal formación del país.
Rosir confesó que su mamá fue quien decidió que ella jugara voleibol desde el cuarto grado de la escuela primaria: “Siempre me recomienda pensar en el equipo, en la utilidad de los triunfos para el país y para mantener vigente las raíces de las Espectaculares Morenas del Caribe.
“Mi papá no tiene ninguna preferencia conmigo. Me regaña, como a las demás, cuando realizo un ejercicio mal, o tengo un desempeño inferior al esperado. Nos brinda confianza y a cada momento nos reitera estudiar a las adversarias”.
OCASIÓN ÚNICA
No obstante sus 20 años de edad, Rosir Calderón ya vivió un momento único, inolvidable, para cualquier voleibolista. Tras ser proclamada como la mejor atacadora del Grand Prix, cerca de 10 mil aficionados la premiaron también con una ovación: “Fue muy agradable. Lloré. Nunca olvidaré esa muestra de gentileza.”
OPTIMISTA PARA EL 2006
“En el 2006 asistiremos al campeonato del mundo. Podemos ser las campeonas. Como mínimo seremos uno de los cuatro primeros. Ocupamos el tercer lugar olímpico y el sexto mundial, cuando teníamos menos preparación”.
Cuentan que desde la anterior campaña, los observadores reclamaban ver a Rosir más tiempo en el rectángulo. El colectivo técnico nacional fue cauteloso y prefirió responder a las peticiones en esta temporada.
Por sus rendimientos, ella se encamina hacia la espectacularidad. Aún carece de un mote, como usualmente acontece con los sobresalientes atletas: “Sólo quiero ser siempre Rosir Calderón Díaz. Es mejor dejarle esa tarea a los aficionados”.
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daniel de la peña molina -