Cuba de cara a tres fuertes adversarios en Liga Mundial
ABELARDO OVIEDO
Al igual que en la anterior temporada, los doce adiestradores que participarán en XVI Liga Mundial de Voleibol desean que sus alumnos logren el mejor rendimiento durante las siete jornadas de la cita anual.
Los elencos concursantes están divididos en tres grupos y jugarán la ronda preliminar por el sistema de todos contra todos, a partir del 27 de mayo. La final será del 8 al 10 de julio en Belgrado, la capital de Serbia y Montenegro.
Usualmente los analistas valoran la integración de las agrupaciones y luego señalan cuál de ellos puede ser considerado como de la muerte. Precisamente, el más cercano a esa denominación es el B, porque competirán junto a Cuba, Italia, Bulgaria y Francia. Esos tres últimos seleccionados alcanzaron destacadas actuaciones en el pasado ciclo deportivo, que concluyó con los Juegos Estivales de Atenas.
No obstante los tres recios contrincantes, el adiestrador cubano Roberto García, está muy entusiasmado con la actuación de sus alumnos en esta versión liguera. No exagera, los antillanos conocen mejor las exigencias de la justa y seguro lograrán mejores respuestas ante las estrategias que diseñen sus rivales. Además, han subido algunos puntos en la calidad del recibo y el saque, acciones determinantes para aumentar las opciones de triunfo.
Tras los avatares del campeonato mundial 2002, Bernardo Rezende, DT del Brasil, apuntó: Me gustó mucho el comportamiento de los jóvenes voleibolistas cubanos. Pronto serán jugadores de clase mundial y, entonces, ese país tendrá un equipo importante.
Los cubanos están en condiciones de confirmar su apreciación, pues tienen más argumentos para burlar el alto bloqueo (más de 3,60 metros de alcance) que los retará durante toda la fase clasificatoria.
Algunos observadores pensaron que Gian Paolo Montali, entrenador del Italia, renunciaría tras la derrota en la conclusión del torneo olímpico ateniense. Se equivocaron. Sigue en el puesto de mando de los ocho veces campeones de la LMV, clásico instaurado en 1990. Y aunque no lo ha declarado, su permanencia en ese lugar podría resumirse así: quiere devolverle la moneda al Brasil, su victimario en la anterior versión liguera (3-1 sets) y en la finalísima del veintiocho torneo olímpico por 3-2sets.
Si Montali logra el cetro ahora, y en Beijing 2008, entrará en la historia del voleibol de su nación. Italia lleva doce años de infructuosa búsqueda de la cima. Fracasó en la conquista del pergamino en Atlanta 1996 frente a Holanda; y en Sydney 2000 ante el hoy Serbia y Montenegro.
El Francia, también fundador de la LMV, regresó a la cita en 1999. Logró el tercer peldaño en el campeonato mundial de Argentina 2002. Luego ganó en calidad de invicto el torneo preolímpico. Consiguieron la novena posición en los XXVIII Juegos Olímpicos.
En varias ocasiones del pasado cuatrienio los franceses quedaron en el camino por causa de la irregularidad de sus jugadores en el quehacer dentro de la cancha. Sin embargo, sus seguidores continúan con las apuestas fuertes. No es descabellada esa postura. Los voleibolistas galos deben haber aprendido la lección.
El Bulgaria debutó en la LMV en 1994 y accedió a la final. Después languideció, desapareció de la gran escena del foro. Pero ya está de vuelta. Lo anunció el pasado año, cuando dejó fuera de la final a los azules (franceses) y desafió a los elencos Brasil, Italia y Serbia y Montenegro en la ronda de clausura. Obtuvo el cuarto escaño.
Además de los rendimientos de Cuba, los aficionados esperan otras nuevas. En los Juegos Estivales Barcelona 1992 los brasileños dominaron la justa y, en la temporada siguiente, triunfaron en la LMV. Ahora podrían imponer otra plusmarca, cuya leyenda entregaría: campeones defensores, titulares olímpicos y líderes otra vez el certamen en calidad de invicto.
El Italia también está focalizado. Fue el primero en 1991, 1995, 1997 y 1999. Los jugadores de su plantilla poseen la maestría necesaria para regresar al máximo sitial de honor. Si lo alcanza, sería el conjunto con más títulos en las campañas impares.
Al igual que en la anterior temporada, los doce adiestradores que participarán en XVI Liga Mundial de Voleibol desean que sus alumnos logren el mejor rendimiento durante las siete jornadas de la cita anual.
Los elencos concursantes están divididos en tres grupos y jugarán la ronda preliminar por el sistema de todos contra todos, a partir del 27 de mayo. La final será del 8 al 10 de julio en Belgrado, la capital de Serbia y Montenegro.
Usualmente los analistas valoran la integración de las agrupaciones y luego señalan cuál de ellos puede ser considerado como de la muerte. Precisamente, el más cercano a esa denominación es el B, porque competirán junto a Cuba, Italia, Bulgaria y Francia. Esos tres últimos seleccionados alcanzaron destacadas actuaciones en el pasado ciclo deportivo, que concluyó con los Juegos Estivales de Atenas.
No obstante los tres recios contrincantes, el adiestrador cubano Roberto García, está muy entusiasmado con la actuación de sus alumnos en esta versión liguera. No exagera, los antillanos conocen mejor las exigencias de la justa y seguro lograrán mejores respuestas ante las estrategias que diseñen sus rivales. Además, han subido algunos puntos en la calidad del recibo y el saque, acciones determinantes para aumentar las opciones de triunfo.
Tras los avatares del campeonato mundial 2002, Bernardo Rezende, DT del Brasil, apuntó: Me gustó mucho el comportamiento de los jóvenes voleibolistas cubanos. Pronto serán jugadores de clase mundial y, entonces, ese país tendrá un equipo importante.
Los cubanos están en condiciones de confirmar su apreciación, pues tienen más argumentos para burlar el alto bloqueo (más de 3,60 metros de alcance) que los retará durante toda la fase clasificatoria.
Algunos observadores pensaron que Gian Paolo Montali, entrenador del Italia, renunciaría tras la derrota en la conclusión del torneo olímpico ateniense. Se equivocaron. Sigue en el puesto de mando de los ocho veces campeones de la LMV, clásico instaurado en 1990. Y aunque no lo ha declarado, su permanencia en ese lugar podría resumirse así: quiere devolverle la moneda al Brasil, su victimario en la anterior versión liguera (3-1 sets) y en la finalísima del veintiocho torneo olímpico por 3-2sets.
Si Montali logra el cetro ahora, y en Beijing 2008, entrará en la historia del voleibol de su nación. Italia lleva doce años de infructuosa búsqueda de la cima. Fracasó en la conquista del pergamino en Atlanta 1996 frente a Holanda; y en Sydney 2000 ante el hoy Serbia y Montenegro.
El Francia, también fundador de la LMV, regresó a la cita en 1999. Logró el tercer peldaño en el campeonato mundial de Argentina 2002. Luego ganó en calidad de invicto el torneo preolímpico. Consiguieron la novena posición en los XXVIII Juegos Olímpicos.
En varias ocasiones del pasado cuatrienio los franceses quedaron en el camino por causa de la irregularidad de sus jugadores en el quehacer dentro de la cancha. Sin embargo, sus seguidores continúan con las apuestas fuertes. No es descabellada esa postura. Los voleibolistas galos deben haber aprendido la lección.
El Bulgaria debutó en la LMV en 1994 y accedió a la final. Después languideció, desapareció de la gran escena del foro. Pero ya está de vuelta. Lo anunció el pasado año, cuando dejó fuera de la final a los azules (franceses) y desafió a los elencos Brasil, Italia y Serbia y Montenegro en la ronda de clausura. Obtuvo el cuarto escaño.
Además de los rendimientos de Cuba, los aficionados esperan otras nuevas. En los Juegos Estivales Barcelona 1992 los brasileños dominaron la justa y, en la temporada siguiente, triunfaron en la LMV. Ahora podrían imponer otra plusmarca, cuya leyenda entregaría: campeones defensores, titulares olímpicos y líderes otra vez el certamen en calidad de invicto.
El Italia también está focalizado. Fue el primero en 1991, 1995, 1997 y 1999. Los jugadores de su plantilla poseen la maestría necesaria para regresar al máximo sitial de honor. Si lo alcanza, sería el conjunto con más títulos en las campañas impares.
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