Erick, el dominador
ABELARDO OVIEDO
Foto JUAN KARLOS
Tac...Tac...Tac. Sólo ese sonido domina el recinto donde Erick Hernández golpea el balón de fútbol durante el entrenamiento. El cuerpo del atleta suda copiosamente porque la ejercitación es prolongada, a veces dura tres horas. Pero a él no le importa. Su mente se concentra en adjudicarse una plusmarca. Y eso le basta.
Erick el Dominador, como suelen llamarle sus más cercanas amistades, tomó el batón que el entregó su hermano Douglas, el primero en incursionar en el llamado deporte no convencional, y figura en el libro de récords Guinness por lograr 319 toques a la esférica con la cabeza en un minuto.
El moreno de 1, 88 metros de talla y 85 kilogramos de peso jugó fútbol 11 hasta los 23 años. Un colega del barrio devenido entrenador, Luis Holmanza, lo invitó a probar en la modalidad y él aceptó. Entonces, 1996, mostró muchas dificultades para dominar la pelota con la cabeza, pero el trabajo con otras de menos tamaño le ayudó a solucionar la incompetencia; y dos años más tarde tenía la confianza necesaria para cumplir metas.
“Desde 1997, aseveró Erick, por mi cabeza empezó a rondar la idea de imponer un récord. Decidí prepararme para conseguirlo utilizando solamente los pies y la cabeza. Preferí un quehacer de larga duración porque estaba acorde a mis habilidades. No quería correr riesgos con mi elección. Permanecí 10 horas en una sala del hotel Neptuno y quebré el valladar del español Henmelino Benchao que era de 9 horas y 30 minutos.
“Luego me propuse llegar a otros escalones. Quise convertirme en el que mayor tiempo ha dominado el balón y lo conseguí en octubre de 1999 con 19 horas 10 minutos. Así borré el límite del brasileño Ronaldinho Neves: 19 horas 5 minutos.
“El trampolín para alcanzar esa marca fue la cota impuesta en la maratón. Caminé 42 kilómetros y 195 metros en 7 horas 17 minutos. Con ese tiempo desbaraté el primado del checo Jan Storkowski: 7 horas 18 minutos.”
LA PENÚLTIMA HAZAÑA
Tras mantenerse 2 horas, 41 minutos y 7 segundos controlando la redonda desde la posición de sentado, en el salón El Pirata del Club Habana, Erick puso el listón a otra altura a escala universal. Con esa performance echó al olvido la suya de septiembre del 2003, cuando la tuvo en el aire por 2 horas, 33 minutos y siete segundos.
UN DESQUITE COMO DESPEDIDA DEL 2006
Un despacho cablegráfico de octubre pasado señalaba lo siguiente: “El cubano Erick Hernández superó el récord mundial de mayor número de toques a un balón de fútbol, con 146.
“De 39 años de edad, el deportista dejó atrás el tope de 141 toques, impuesto por el estadounidense de origen ghanés Freddie Adoboe, en Nueva York, el 27 de agosto de 2003. Sin embargo, su intento no fue llevado al libro Guinness”.
“La frustración, subrayó el deportista, tiene poca cabida en el dominador del balón. En septiembre u octubre de este año, despediré la campaña y pienso suscribir una barrera por 150 golpes con la cabeza en 30 segundos. La mía (146) la rompió el norteamericano Tomothy Crowe con 147.”
PARECERES
El capitalino reconoció que el entrenamiento es tedioso: “siempre busco la motivación. En ocasiones durante la práctica converso con amigos de otros deportes. El aspecto psíquico ofrece un 50% de posibilidades para lograr el éxito”.
También señaló el momento de abandonar los escenarios competitivos: “Llega cuando uno no puede correr el tiempo exigido, ni dominar la pelota el tiempo requerido. Esta vertiente del fútbol nunca perdona el déficit de entrenamiento. En contadísimas oportunidades permite la compensación”.
OPTIMISMO
Lamentablemente la práctica del dominio del balón está poco extendida en la Isla. Erick es optimista en cuanto a su incremento: “En el futuro podría existir una escuela en el país. Con una búsqueda consecuente se encontrarán muchachos con talento y voluntariosos. Mi hermano y yo lo intentamos”.
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