YOANDRI, un novato muy crecido

ABELARDO OVIEDO

FOTO FIVB

A medida que transcurre los ciclos deportivos los observadores descubren actuaciones casi increíbles, porque sus protagonistas son jóvenes con un insuficiente aval como para ascender a puntos tan elevados.

En esta primera temporada algunos voleibolistas  han cautivado a los expertos de ese deporte por su consistente quehacer dentro de la cancha. Uno de ellos es el pasador Yoandri Díaz, seleccionado como el mejor de la XVI Liga Mundial (LMV).

No obstante ser prácticamente un desconocido en el alto nivel de su disciplina, el camagüeyano de 20 años de edad, 89 kilogramos de peso y 1,96 metros de talla, exhibió en la  campaña una capacidad  superior a la de un atleta perteneciente a la categoría juvenil.

“Yoandri es un novato muy crecido”. Ese también es el criterio generalizado entre los amantes del deporte de la malla alta en el país. Ellos soslayaron exagerar y argumentaron: “Todavía le queda un tramo para adquirir las habilidades de los astros de su posición, pero se comporta ecuánime en el partido. Esa es una cualidad esencial para ser un buen pasador”.

En este 2005 el novel jugador ha comparecido a duras pruebas. Fue designado integrante del cuadro titular desde la LMV y fungió como tal en decisivos eventos, como los torneos de la Confederación de Norte, Centroamérica y del Caribe que tuvieron carácter eliminatorios para el campeonato mundial y la Super Copa de Campeones.

En el segundo año de este cuatrienio, el 2006, asistirá a pruebas más duras. En la venidera versión liguera, la diecisiete, los concursantes llegarán en mejor forma deportiva, porque los debates empezarán en julio y no en mayo, como es habitual. Debutará en el campeonato mundial. Cada jornada de esa cita es un examen de altísimo nivel.

¿Muchas preocupaciones el primer día como titular?

“Estaba muy preocupado y nervioso, porque asumía una gran responsabilidad en el equipo nacional y quería que mi desempeño fuera, como mínimo, aceptable, para ganarme toda la confianza de los compañeros. Ellos me ayudaron mucho en esa jornada. Después de concluido el encuentro, me comprometí conmigo mismo a entrenar más intensamente y de esa forma propiciar el aumento del rendimiento del colectivo”.

¿Cuál fue tu filosofía para resolver las situaciones más complejas que se te presentaron el las subseries?

“En todos los encuentros enfrenté momentos complicados y realicé grandes esfuerzos para garantizar, o cambiar, el curso de los juegos. Siempre trate de mantenerme sereno, pero en varias ocasiones me desesperé”.

¿Te resultaron difíciles de engañar muchos bloqueadores centrales? 

“Sin dudas. Los más incómodos resultaron los italianos. Tienen mucha experiencia porque han jugado contra pasadores de gran maestría. Como yo era un desconocido, pude engañarlos en los primeros juegos. Seguro estudiaron mi manera de comportarme y cuando vinieron a Cuba tuve menos opciones, pues ya tenían una visión casi exacta de mi forma de conducir”.

¿Qué opinión tienes de los equipos de Brasil y Estados Unidos?

“Brasil es un equipo compacto. Dante Alrmal, Gilberto Godoy (Giba), Gustavo Enders, por sólo citar a algunos, mantienen un estable nivel a la ofensiva. Los demás son también rápidos y explosivos, como ellos, en el ataque; y eso  impide obtener segura efectividad a los bloqueadores.

“En la semifinal de la LMV nos propusimos desafiar a los brasileños en todo momento. Cuando le ganamos el set, se sintieron lastimados y sorprendidos. Independientemente del resultado, conseguimos un signo positivo frente a un rival que para vencerlo es insoslayable alcanzar altos rendimientos.

“Por primera vez también jugué contra la selección de Estados Unidos. Son más tranquilos que los sudamericanos durante el juego. En la Copa Panamericana replicaron bien ante los fuertes ataques de mis coequiperos y de los auriverdes. Como su ofensiva es muy estratégica, son letales en ese sector del juego.”

¿En el 2006 guiarás a los atacadores cubanos con una precisión similar a la de un director de orquesta sinfónica?

“Luego de la pasada LMV me considero un atleta más capacitado. Me prepararé para  lograr esa cualidad. Si aprecias un bajo índice en algún cotejo, puedes acercarte y decírmelo. Me ayudará y lo agradeceré”.