¡SÍÍÍÍ! Los Voleibolistas a la toma de Belgrado
ABELARDO OVIEDO
FOTO RENÉ PÉREZ MASSOLA
Por supuesto, tras el doble alcanzado por la selección nacional ante Francia en la despedida de la ronda preliminar de la XVI Liga Mundial (LMV), la familia del voleibol en la Isla disfruta de un momento agradable pues, luego de tres años de espera, el equipo regresa al grupo de los cuatro grandes.
Quien insiste, vence. Esa afirmación resume la actuación de los jóvenes voleibolistas en las seis primeras semanas de la justa anual y ratifica el vaticinio hecho en el 2002 por el brasileño Bernardo Rezende, el DT más ganador en las últimas temporadas: Dentro de dos años Cuba tendrá uno de los mejores equipos del mundo.
Por intermedio de un estable quehacer dentro del rectángulo de competencias, nuestros muchachos accedieron al primer lugar de la llave B, denominada como de la muerte. Ganaron ocho juegos y perdieron 4. Sobresalieron en 29 sets y cedieron en 17.
Los antillanos llegan a Belgrado, sede de la final, con un dossier apreciable. Como en años anteriores iniciaron la brega en Europa. Triunfaron en los tres primeros cotejos de las subseries celebrados allá y en dos de los tres efectuados en la Ciudad Deportiva capitalina, sede de la LMV en la mayor isla de las Antillas.
Como en ninguna de las anteriores versiones ligueras, desafiaron con éxito a jugadores con mayor estadía y participación internacional en lides de alto relieve. Casi todos debutaron en una encrucijada trascendente como es enfrentar a Francia de cara al regreso a la cumbre. Eso presupone una difícil barrera para atletas con escasa madurez deportiva. Un experto calificó su conducta como disposición total para acometer los riesgos.
Es cierto, todavía deben crecer técnicamente. Ahora arriesgan más con el saque. Ese comportamiento está acorde con la exigencia universal. En la ofensiva y el bloqueo los rendimientos pertenecen al nivel medio alto. Sin embargo, es dudosa la efectividad en la defensa de campo. Y controvertida sus respuestas ante los saques débiles, esos que siempre llevan una enorme carga estratégica.
El tramo que comienza este viernes no por último es menos importante. Allí el conjunto nacional encontrará el empuje de Brasil: campeón mundial 2002; titular de las LMV 2001, 2003,2004 y titular olímpico en los Juegos Estivales de Atenas. Serbia y Montenegro: cuatro lugar en la pasada cita ecuménica; ocupante, por el orden, de los escaños cuatro, tres, dos y tres en las versiones ligueras calendariadas tras los Juegos Olímpicos de Sydney. En la ciudad australiana los ahora serbio montenegrinos conquistaron el lugar de honor. Polonia es uno de los seleccionados considerados importantes. Ahora pertenece al segundo nivel del deporte en este cuatrienio deportivo, pero ese arrollador paso en la clasificatoria convoca a nuevos juicios sobre esa plantilla.
Todavía nuestro elenco carece de pergaminos de alto relieve. El DT Roberto García dijo antes de regresar a Viejo Continente: Demostramos carácter frente a adversarios de clase, como son Italia, Bulgaria y Francia. En Belgrado debemos salir a jugar con la misma decisión de victoria. Esa declaración advierte entrega para de nuevo hacer camino al andar.
FOTO RENÉ PÉREZ MASSOLA
Por supuesto, tras el doble alcanzado por la selección nacional ante Francia en la despedida de la ronda preliminar de la XVI Liga Mundial (LMV), la familia del voleibol en la Isla disfruta de un momento agradable pues, luego de tres años de espera, el equipo regresa al grupo de los cuatro grandes.
Quien insiste, vence. Esa afirmación resume la actuación de los jóvenes voleibolistas en las seis primeras semanas de la justa anual y ratifica el vaticinio hecho en el 2002 por el brasileño Bernardo Rezende, el DT más ganador en las últimas temporadas: Dentro de dos años Cuba tendrá uno de los mejores equipos del mundo.
Por intermedio de un estable quehacer dentro del rectángulo de competencias, nuestros muchachos accedieron al primer lugar de la llave B, denominada como de la muerte. Ganaron ocho juegos y perdieron 4. Sobresalieron en 29 sets y cedieron en 17.
Los antillanos llegan a Belgrado, sede de la final, con un dossier apreciable. Como en años anteriores iniciaron la brega en Europa. Triunfaron en los tres primeros cotejos de las subseries celebrados allá y en dos de los tres efectuados en la Ciudad Deportiva capitalina, sede de la LMV en la mayor isla de las Antillas.
Como en ninguna de las anteriores versiones ligueras, desafiaron con éxito a jugadores con mayor estadía y participación internacional en lides de alto relieve. Casi todos debutaron en una encrucijada trascendente como es enfrentar a Francia de cara al regreso a la cumbre. Eso presupone una difícil barrera para atletas con escasa madurez deportiva. Un experto calificó su conducta como disposición total para acometer los riesgos.
Es cierto, todavía deben crecer técnicamente. Ahora arriesgan más con el saque. Ese comportamiento está acorde con la exigencia universal. En la ofensiva y el bloqueo los rendimientos pertenecen al nivel medio alto. Sin embargo, es dudosa la efectividad en la defensa de campo. Y controvertida sus respuestas ante los saques débiles, esos que siempre llevan una enorme carga estratégica.
El tramo que comienza este viernes no por último es menos importante. Allí el conjunto nacional encontrará el empuje de Brasil: campeón mundial 2002; titular de las LMV 2001, 2003,2004 y titular olímpico en los Juegos Estivales de Atenas. Serbia y Montenegro: cuatro lugar en la pasada cita ecuménica; ocupante, por el orden, de los escaños cuatro, tres, dos y tres en las versiones ligueras calendariadas tras los Juegos Olímpicos de Sydney. En la ciudad australiana los ahora serbio montenegrinos conquistaron el lugar de honor. Polonia es uno de los seleccionados considerados importantes. Ahora pertenece al segundo nivel del deporte en este cuatrienio deportivo, pero ese arrollador paso en la clasificatoria convoca a nuevos juicios sobre esa plantilla.
Todavía nuestro elenco carece de pergaminos de alto relieve. El DT Roberto García dijo antes de regresar a Viejo Continente: Demostramos carácter frente a adversarios de clase, como son Italia, Bulgaria y Francia. En Belgrado debemos salir a jugar con la misma decisión de victoria. Esa declaración advierte entrega para de nuevo hacer camino al andar.
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