Madruga la quinta potencia
ABELARDO OVIEDO
FOTO ARMANDO HERNÁNDEZ
Por sus rendimientos en la pasada temporada, las baloncestistas cubanas quedaron en el quinto lugar del ranking confeccionado por la federación internacional de la disciplina.
Poco se habla de ellas en este mal llamado año libre del ciclo deportivo. En un acercamiento a la cancha de entrenamiento en la Escuela de Formación de Atletas de Alto Rendimiento Cerro Pelado, cualquiera se percata de que ellas están inmersas en un intenso ajetreo.
Y cuando se pregunta el por qué de tantas atmósferas en los entrenamientos al cuarteto de entrenadores que las ejercitan: Armando Acosta, Márgaro Pedroso, Rigoberto Chávez y Eduardo Moya, todos brindan la misma respuesta: Participaremos en una temporada comprometedora, y debemos afilar temprano nuestras lanzas para superar a nuestros rivales.
Como suele decirse en el argot del deporte, ellos están madrugando. Pero el horizonte competitivo exige una planificación rigurosa y perder la menor cantidad de tiempo.
Desde el primer mes de la primavera, mayo, lloverá mucho baloncesto en diferentes latitudes del planeta. Las cubanas estarán envueltas en ese entorno y, entonces, dispondrán de poco tiempo para oxigenar sus pulmones antes de asistir a una nueva batalla para salir airosas.
El DT Armando Acosta está tan atento al quehacer de las muchachas en las prácticas como los integrantes de su colectivo técnico. No quiere ser víctima de las casualidades. Habitualmente consulta a la médica Hilda Obregón sobre los parámetros de sus alumnas correspondientes al control médico.
La primera controversia de las baloncestistas, afortunadamente, será en casa. Se trata de la eliminatoria de la II Liga Mundial de Clubes (LMCB). Aquí recibirán a representativos de Rusia, Brasil y África. Como en 2004, el evento conferirá dos visados para la última fase cuyo escenario será de nuevo Rusia.
El clásico será duro pues los seleccionados competidores siempre reúnen a experimentadas atletas de diversas naciones y, a veces, resultan adversarios más incómodos que algunas selecciones nacionales.
Desde 1999 Cuba no cede, en eventos oficiales, ante ningún rival en casa. En aquella temporada dominaron, otra vez, en calidad de invicto el Centrobasket; y después triunfaron en el preolímpico. En esa campaña, además, reconquistaron el título panamericano luego de veinte años de espera.
Cuatro semanas después de finalizar la LMCB, las muchachas viajarán a China para intervenir en el torneo Cuatro Naciones. En ese concurso también participará un elenco de Europa y otro de Australia. Cualquier conjunto de esas latitudes posee jugadoras con fundamentos técnicos de primerísimo nivel. Una apreciación similar es válida para las anfitrionas, no obstante su escaso desempeño en los Juegos Olímpicos de Atenas.
El segmento decisivo para nuestras baloncestistas empezará en agosto. Jugarán tres desafíos en cancha de la selección canadiense. Ese encuentro, a mi modo de ver, entregará a los adiestradores toda la información antes de Premundial Copa de las Américas que concederá dos boletos para la lid ecuménica de 2006. Al parecer, esta vez el camino es menos denso que en anteriores cuatrienios, pues Estados Unidos y Brasil están clasificados para esa justa. El primero por ser campeón y el otro por su condición de sede.
NUEVA FILOSOFÍA
En ciclos anteriores los técnicos cubanos empleaban durante la preparación a veintitrés jugadoras. Esa filosofía les permitía probar a varias atletas de una misma posición en el escenario internacional. Y luego daban a conocer a las integrantes del equipo nacional.
Armando Acosta aseguró que esta vez será diferente: Solamente emplearemos a dieciséis. La base del colectivo la conformarán Yulitseni Soria, Yaquelín Plutín, Yamilé Martínez y Cariola Echevarría. Ellas poseen la experiencia requerida para el alto rigor competitivo que se avecina.
Otras más jóvenes, como Yaima Boulet, Oyanaisis Gelis, Milaisis Duany y Taimara Suero, recibirán oportunidades para mostrar su capacidad para la contienda.
La defensiva del seleccionado cubano asfixió al equipo panamericano de Estados Unidos en un encuentro bilateral celebrado en La Habana y en Santo Domingo, sede de los Juegos Deportivos Panamericanos de 2003.
Acosta apuesta de nuevo por ese tipo de comportamiento y sentencia: Queremos seguir identificándonos de esa manera en todas canchas, pero debemos perfeccionarla para lograr un constante juego de contraataque.
Tendremos un éxito total si logramos disminuir las faltas. En 2005 acumulamos entre 18 y 19 por choque. Ello propició mayores opciones a las contrincantes.
Las cubanas figuran entre los seleccionados de menos efectividad en las tiradas libres y lances de tres puntos en los grandes eventos. El técnico aseveró: El objetivo que buscamos es la estabilidad. Antes de la final de la I Liga Mundial computamos 83 y 84 por ciento en tiradas libres.
Sin embargo, en el último tramo de la competencia fue de 66%. Así también aconteció en los disparos desde la línea de los 6,25 metros. Obtuvimos 42 y 39 por ciento y, más tarde, 27%. Trabajaremos para que los rendimiento sean, respectivamente, de 75% y 38% en cualquier competencia.
Durante dos ciclos deportivos ha permanecido casi intacta la cúpula del baloncesto femenino en lides de alto rango. En los últimos Juegos Olímpicos se han producido escasos cambios en la clasificación general: Atlanta 1996: Estados Unidos, Brasil, Australia, China. Sydney 2000: Estados Unidos, Australia, Brasil y Sudcorea. Atenas 2004: Estados Unidos, Australia, Rusia y Brasil. Tal vez en este nuevo cuatrienio deportivo sea diferente. Y las cubanas también pertenecen a los colectivos que perfilan el asalto a la cima.
FOTO ARMANDO HERNÁNDEZ
Por sus rendimientos en la pasada temporada, las baloncestistas cubanas quedaron en el quinto lugar del ranking confeccionado por la federación internacional de la disciplina.
Poco se habla de ellas en este mal llamado año libre del ciclo deportivo. En un acercamiento a la cancha de entrenamiento en la Escuela de Formación de Atletas de Alto Rendimiento Cerro Pelado, cualquiera se percata de que ellas están inmersas en un intenso ajetreo.
Y cuando se pregunta el por qué de tantas atmósferas en los entrenamientos al cuarteto de entrenadores que las ejercitan: Armando Acosta, Márgaro Pedroso, Rigoberto Chávez y Eduardo Moya, todos brindan la misma respuesta: Participaremos en una temporada comprometedora, y debemos afilar temprano nuestras lanzas para superar a nuestros rivales.
Como suele decirse en el argot del deporte, ellos están madrugando. Pero el horizonte competitivo exige una planificación rigurosa y perder la menor cantidad de tiempo.
Desde el primer mes de la primavera, mayo, lloverá mucho baloncesto en diferentes latitudes del planeta. Las cubanas estarán envueltas en ese entorno y, entonces, dispondrán de poco tiempo para oxigenar sus pulmones antes de asistir a una nueva batalla para salir airosas.
El DT Armando Acosta está tan atento al quehacer de las muchachas en las prácticas como los integrantes de su colectivo técnico. No quiere ser víctima de las casualidades. Habitualmente consulta a la médica Hilda Obregón sobre los parámetros de sus alumnas correspondientes al control médico.
La primera controversia de las baloncestistas, afortunadamente, será en casa. Se trata de la eliminatoria de la II Liga Mundial de Clubes (LMCB). Aquí recibirán a representativos de Rusia, Brasil y África. Como en 2004, el evento conferirá dos visados para la última fase cuyo escenario será de nuevo Rusia.
El clásico será duro pues los seleccionados competidores siempre reúnen a experimentadas atletas de diversas naciones y, a veces, resultan adversarios más incómodos que algunas selecciones nacionales.
Desde 1999 Cuba no cede, en eventos oficiales, ante ningún rival en casa. En aquella temporada dominaron, otra vez, en calidad de invicto el Centrobasket; y después triunfaron en el preolímpico. En esa campaña, además, reconquistaron el título panamericano luego de veinte años de espera.
Cuatro semanas después de finalizar la LMCB, las muchachas viajarán a China para intervenir en el torneo Cuatro Naciones. En ese concurso también participará un elenco de Europa y otro de Australia. Cualquier conjunto de esas latitudes posee jugadoras con fundamentos técnicos de primerísimo nivel. Una apreciación similar es válida para las anfitrionas, no obstante su escaso desempeño en los Juegos Olímpicos de Atenas.
El segmento decisivo para nuestras baloncestistas empezará en agosto. Jugarán tres desafíos en cancha de la selección canadiense. Ese encuentro, a mi modo de ver, entregará a los adiestradores toda la información antes de Premundial Copa de las Américas que concederá dos boletos para la lid ecuménica de 2006. Al parecer, esta vez el camino es menos denso que en anteriores cuatrienios, pues Estados Unidos y Brasil están clasificados para esa justa. El primero por ser campeón y el otro por su condición de sede.
NUEVA FILOSOFÍA
En ciclos anteriores los técnicos cubanos empleaban durante la preparación a veintitrés jugadoras. Esa filosofía les permitía probar a varias atletas de una misma posición en el escenario internacional. Y luego daban a conocer a las integrantes del equipo nacional.
Armando Acosta aseguró que esta vez será diferente: Solamente emplearemos a dieciséis. La base del colectivo la conformarán Yulitseni Soria, Yaquelín Plutín, Yamilé Martínez y Cariola Echevarría. Ellas poseen la experiencia requerida para el alto rigor competitivo que se avecina.
Otras más jóvenes, como Yaima Boulet, Oyanaisis Gelis, Milaisis Duany y Taimara Suero, recibirán oportunidades para mostrar su capacidad para la contienda.
La defensiva del seleccionado cubano asfixió al equipo panamericano de Estados Unidos en un encuentro bilateral celebrado en La Habana y en Santo Domingo, sede de los Juegos Deportivos Panamericanos de 2003.
Acosta apuesta de nuevo por ese tipo de comportamiento y sentencia: Queremos seguir identificándonos de esa manera en todas canchas, pero debemos perfeccionarla para lograr un constante juego de contraataque.
Tendremos un éxito total si logramos disminuir las faltas. En 2005 acumulamos entre 18 y 19 por choque. Ello propició mayores opciones a las contrincantes.
Las cubanas figuran entre los seleccionados de menos efectividad en las tiradas libres y lances de tres puntos en los grandes eventos. El técnico aseveró: El objetivo que buscamos es la estabilidad. Antes de la final de la I Liga Mundial computamos 83 y 84 por ciento en tiradas libres.
Sin embargo, en el último tramo de la competencia fue de 66%. Así también aconteció en los disparos desde la línea de los 6,25 metros. Obtuvimos 42 y 39 por ciento y, más tarde, 27%. Trabajaremos para que los rendimiento sean, respectivamente, de 75% y 38% en cualquier competencia.
Durante dos ciclos deportivos ha permanecido casi intacta la cúpula del baloncesto femenino en lides de alto rango. En los últimos Juegos Olímpicos se han producido escasos cambios en la clasificación general: Atlanta 1996: Estados Unidos, Brasil, Australia, China. Sydney 2000: Estados Unidos, Australia, Brasil y Sudcorea. Atenas 2004: Estados Unidos, Australia, Rusia y Brasil. Tal vez en este nuevo cuatrienio deportivo sea diferente. Y las cubanas también pertenecen a los colectivos que perfilan el asalto a la cima.
0 comentarios