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Con el código 1-3-3

Con el código 1-3-3 ABELARDO OVIEDO

FOTO AGUSTÍN BORREGO 

Tras finalizar cada adiestramiento, los integrantes de las preelección nacional prefieren el lenguaje matemático para anunciar lo que harán en esta campaña y evocan los dígitos ¡1-3-3!.

La total descodificación del mensaje permite conocer que ello responde a los escaños que esperan lograr en el circuito internacional de esta segunda campaña del ciclo.

Y el DT Daniel Scott inmediatamente precisa sobre el tema: “Unas semanas después de terminar la III Olimpiada del Deporte Cubano, empezará nuestro ajetreo en canchas foráneas. La primera competencia será el Torneo del Caribe del 8 al 18 de junio en Jamaica. Como somos los campeones de la anterior versión del evento, buscaremos, como mínimo, discutir la medalla de oro. Nuestros vecinos son los adversarios que menos conocemos. Muchos de los jugadores de esas naciones viven fuera de su país y juegan en sus centros de estudios. El evento será más duro que el celebrado en Santiago de Cuba, en el 2004, y ofrecerá tres plazas para el Centrobasket”.

“Nunca antes, precisó Scott, el Centrobasket (del 4 al 10 de julio) había tenido tanta trascendencia. En Panamá los competidores lucharán por los tres visados que confiere el encuentro para los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007, y los cuatro que ofrece para el preolímpico Copa de las Américas. Los siete primeros de la clasificación general asistirán al torneo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena de Indias, Colombia, en julio próximo.

“Nosotros pensamos figurar entre los tres primeros de la clasificación general del Centrobasket. Es una meta ambiciosa, pero solamente así garantizaríamos nuestra permanencia en el circuito. Además, es hora de lograr un salto cualitativo. En el clásico efectuado en República Dominicana 2004, quedamos en el quinto lugar.

“Desde los Juegos Centroamericanos y del Caribe La Habana 1982, Cuba no ocupa el primer escaño en el podio de premiaciones. En la cita de 1993 fue subtitular. Hace trece años que no obtenemos una medalla en la más antigua competencia regional, porque en Maracaibo 1998 ocupamos el quinto peldaño.

“Algunos opinan que será un certamen menos fuerte que el Centrobasket. Tal vez sea así porque, a esa alturas, casi todos los técnicos tendrán en sus manos el resultado de su trabajo preparatorio, pero no debe olvidarse que ya es habitual tener una plantilla amplia para enfrentar estas situaciones competitivas. Obtener la medalla de bronce en Colombia es una buena despedida de las lides internacionales.”

EN LOS PRIMEROS COMPASES

Sin dudas, para enfrentar un desafío como el que se avecina los técnios deben planificar un entrenamiento que les propicie a sus alumnos el oxígeno —y capacidad técnica— necesario hasta las últimas jornadas.

Scott y sus asistentes no olvidaron ese principio metodológico: “En todos los clásicos encontraremos a jugadores corpulentos, por eso realizamos la preparación necesaria para garantizar dominar en el rebote. Trabajamos para que eleven la capacidad técnica y alcancen el 60 porciento (7-8 ofensivos).

Nos proponemos también aumentar la eficacia en las tiradas libres a 70%. En el campeonato mundial del 2002 los primeros equipos computaron 72 porciento”.

Aún los bases organizadores cubanos muestran desacierto en la conducción del juego, y ello pondría en peligro acceder a los objetivos. Scott sentenció: “Ese detalle nos preocupa más que la corpulencia de nuestros atletas que juegan cercanos a la cesta. Los baloncestistas que se desempeñan en esa posición definen el curso del equipo en el partido. Durante el adiestramiento hicieron muchos ejercicios con el objetivo de ganar precisión para su quehacer. En el Centrobasket del 2004 el equipo perdió empuje ante Puerto Rico y Panamá, porque ellos malgastaron muchos balones”.

“A la defensiva, confesó Scott, mantendremos una filosofía bien definida. Todos los muchachos tienen muy claro que debemos ser letales en ese sector del juego.

“1-3-3 no es capricho ni un acertijo. Es una conclusión  impostergable. Queremos volver a estar entre los primeros tres seleccionados de nuestra área geográfica. Cualquier entrenador puede soñar con esa finalidad, si tiene a baloncestistas sin reticencias para la entrega sin límites.”       

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