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Los Búfalos siguen en el mejor coche de la LSB

Los Búfalos siguen en el mejor coche de la LSB

 

ABELARDO OVIEDO

FOTO FRANKLYN REYES

Dicen que el equipo de Ciego de Ávila dominará en los venideros ciclos deportivos años el baloncesto de primerísimo nivel en el país. Si los otros cinco DT clasificados para la XIII Liga Superior de Baloncesto aceptan esa afirmación, seguirán en el borde del desfiladero en las venideras temporadas porque, aunque los Búfalos poseen dos cetros consecutivos, ello no les confiere el calificativo de imbatibles.

Es cierto, para sacar a los avileños del mejor espacio, todos tendrán que hacer profundas cábalas. Los bicampeones nacionales constituyen una formación casi integral, en cuya alineación titular militan baloncestistas como Geoffrei Silvestre, Joan Luis Haití, Vanier Reyes y William Vargas, siempre dispuestos a jugar con el ritmo a la ofensiva que les marca el base organizador Michael Guerra.

Ciego de Ávila regresará a la próxima campaña en pos de batir la plusmarca 19 victorias consecutivas impuestas en la preliminar del clásico anual. Esa cota es difícil de borrar hasta para ellos mismos.

Cuando se indique al conjunto que con menos hizo más, es insoslayable el patronímico Matanzas. Los Jaguares vencieron  todos los baches que supone lidiar con adversarios de mayor talla y adiestrados en las preselecciones nacionales del país.

Entrega sostenida fue la moneda que llevaron los yumurinos a todos a los rectángulo de competencias. Y, a medida que transcurrieron las jornadas del certamen anual, con su conducta la fueron convirtiendo hasta adquirir la calificación de incambiable. El segundo lugar alcanzado tiene mucho brillo para todos los analistas del baloncesto en la Isla.

Los jugadores de la Atenas de Cuba habitualmente fueron vitoreados por sus seguidores. Esa conducta no chovinista. Sencillamente, ellos valoraron el esfuerzo de sus representativo, liderado por Allen Jemmott, Dani torriente, secundados por Osniel Albelo, Orly Noroña y José Rossell. La colaboración de los refuerzos Ruslán Díaz, Pinar del Río, y Luis Hernández, La Habana, confirió mayor potencia al elenco matancero.

Por primera ocasión el equipo de Guantánamo asistió a la post temporada. Mucha razón tenían sus parciales el pasado año cuando argumentaron que la ausencia de su representativo de ese tramo se debió, sobretodo, a jugar como visitante durante todo el Torneo de Ascenso (TNA).

Con el holguinero Henry Simón en su plantilla, los del guaso aumentaron sustancialmente el poder ofensivo. Pero como aún sus defensas organizadores carecen de la estabilidad emocional requerida para los minutos finales de los de partidos espinosos, cedieron en la semifinal ante el Matanzas. No obstante, dejaron una huella agradable. Y ésta será más notable si el DT Osnel Planas prepara a sus alumnos para que sean más eficaces en el marcaje zona de presión.

La única noticia agradable sobre Capitalinos fue su buen hacer en el TNA. Tal vez las otras podrían ser la inclusión entre los cuatro grandes de la LSB, luego de dos años de ausencia, y la clara victoria frente a Ciego de Ávila en la apertura de la semifinal. El resto de la actuación fue, para muchos, mediocre porque sus jugadores más altos mostraron escaso empuje para alcanzar con frecuenta dobles dígitos (anotación y rebotes). Tampoco el elenco fue letal a la defensa, factor que les proporcionó ganar cinco títulos.

Quizás el DT Néstor Trujillo recuerde muchos momentos amargos, pero uno permanecerá por más tiempo en su memoria. Sucedió en las postrimerías de uno de los últimos choques VS Matanzas. A solamente 35 segundos del final, cometieron una falta sobre Reinier Panfet y por la protesta airada del yumurino, el silbante decretó falta técnica.

Esa situación permitió que los Azules fueran cuatro veces a la línea de tiradas libres y continuaran en posesión del esférico. Panfel falló y también Alexis Lavastida, que cobró otros dos lances de la penalización técnica. Pero cuando tuvieron la pelota en su poder, la perdieron y los Jaguares anotaron desde la distancia válida para 3 puntos para asfixiarlos.

Es prácticamente habitual que los observadores nominen a un equipo como la revelación. Esta vez la recibió el de Camagüey porque de plebeyo pasó a ser príncipe. Qué hizo el técnico José García tiene una respuesta mediante un vocablo: ¡Trabajar!  

Sin dudas, los jóvenes integrantes del equipo llamado Vaqueros mostraron una concepción defensiva  y coherencia en las tácticas para el ataque. Cometieron errores pero dejaron una sugerente estela en las pupilas de casi todos los expertos.

La alineación titular del Santiago de Cuba sufrió cambios . Al parecer, al técnico Juan Carlos Caballero dispuso de poco tiempo para que Dani Ramírez, el sustituto de Andrés Massó, adquiriera la destreza necesaria para trabajar fluidamente como defensa organizador. De subcampeones en el 2004 cayeron a una posición rezagada. Sus seguidores están convencidos de un rápido crecimiento. No exageran.

DE LOS OTROS SEIS COMPETIDORES

La población de jugadores con habilidades de Holguín es aún poca para acceder a mejores lugares en la temporada. Por un pasadizo similar transita el Villa Clara. Ya se menciona en voz menos altisonante el nombre de Lobos.

Inexplicablemente, Pinar del Río entregó una cuota diferente en esta oportunidad.  Dejaron de ser un adversario preocupante, porque exhibieron escasas bazas en la transición ofensiva-defensa, elemento que mucho apreciaban los aficionados de Vueltabajo y de otras localidades.

No obstante contar con atletas con cierta experiencia competitiva, el combinado de La Habana volvió a decepcionar. Resultó pálida su variabilidad a la defensa y autoridad para ganar los rebotes.

Los directivos del baloncesto en las provincias de Las Tunas Granma y Sancti Spíritu  están satisfechos porque su representativo obtuvo más victorias que en la pasada campaña. Esa postura es lógica si se tiene en cuenta que algo es más que nada. El análisis más progresista sugiere trabajar para lograr  la argumentación técnica que les permita acortar la distancia que los separa de los seis grandes.

Los elencos Metropolitanos y Cienfuegos fueron los de menor realce. En ningún momento del TNA los noveles de la segunda formación de la capital se convencieron de que la victoria es segura cuando se juega con un variado ritmo durante los desafíos. Los cienfuegueros deben incrementar  la calidad en la preparación en la pretemporada y, así, tener la suficiente base para lograr rendimientos estables.

A diferencia de otros deportes de conjunto en la Isla, la campaña de baloncesto termina a un nivel elevado. Pero quedan fisuras. Todavía los equipos necesitan aumentar el nivel técnico-táctico ofensivo, pues a veces se producen lances a la cesta sin una buena selección.

También debe crecer el comportamiento a la defensa. En muchos cotejos los jugadores regalaron la línea de fondo al atacante, no obstante marcar por zona.

A propósito, la defensa anteriormente mencionada favorece poco a los jugadores menos experimentados, pues desarrollan menos responsabilidad para defender su cesta en el período importante en su formación como baloncestista.

Por supuesto, continúa en el éter la afirmación: “hasta el 2010 la cima de la LSB tendrá color negro-naranja, del uniforme de los Búfalos”. No considero que esa apreciación logre el rango de las emitidas por las oráculos. Seguramente los estrategas tomarán una postura similar a la de Jano. El dios romano tenía dos pares de ojos: uno que se enfocaba en lo que pasaba atrás y otro para ver lo que ocurría adelante.

 

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